En 2016 David Monserrat junto a sus hijos Ale y Joaquín, arrancó con PQN una empresa fabricante de artículos de limpieza para el hogar y el automotor y de venta minorista y mayorista en Junín con franquicias en la región.
Hoy David tiene 51 años y se decidió a pegar el “volantazo” porque cuenta: “venía haciendo cosas con muchos negocios desparramados, laburaba un montón de tiempo y cuando ‘pasaba la zaranda’, se me iba la mayoría de la plata en gastos. Estaba en rubros que no conocía bien y estaba quedando mal con la gente, no podía cumplir y decidí pegar el vuelco y poner todo en PQN. Empezamos en un lugar chico, un galpón de 10 por 37 y al año ya nos había quedado chico”.
-Un fuerte crecimiento a pesar de que se trata de un rubro muy competitivo
-Si, pero yo venía de una gran experiencia en el tema limpieza, ya que estaba vendiendo materias primas en todo el país. Eso me había dado una gran capacitación en el conocimiento del mercado desde La Quiaca hasta Ushuaia y ese conocimiento nos permitió hacer más fácil el desarrollo comercial y la fabricación. Conseguimos a los profesionales que conocían el área de producción y empezamos. Mi tarea en esos inicios fue buscar a la gente experta, porque lo mío es vender y no sabía nada del resto.
-¿En que se apoyaron para la fabricación?
-Tenía muchos contactos de proveedores y eran los más serios, los más grandes y los mejores. Con eso se nos fueron abriendo las puertas para todo el desarrollo. Reconozco que fuimos muy arriesgados, porque esas empresas grandes te exigen volúmenes de compra y cuando recién empezás es difícil tenerlos. Fuimos atrevidos, hablábamos de volúmenes sin idea, de financiamiento a largo plazo, créditos. Fue apasionante, nos metimos en una locura sin tener mucho y hoy lo cuento y creo que hay que estar loco para hacer lo que hicimos, pero me digo también que si no estás loco no lo hacés. Empezamos con un crédito y una chequera “cero kilómetro” y a los seis meses ya no dependíamos de los cheques, habíamos cubierto todo.
-¿Ese crecimiento causó alguna “inquietud” entre los competidores?
-Si. Hubo varios que se empezaron a molestar. Y pasa que cuando “asomás un poco la cabeza” en este rubro te “empiezan a pegar”. Gente que hace muchos años tenía el caramelo y de repente venís y se lo sacás, eso no le gusta a nadie. Nos atacaron debido a que como fábrica no podíamos estar en la ciudad y mudarnos fue todo un trastorno. Tuvimos que cambiar inversiones, logística, traslado. Todo de un golpe. Mudar una fábrica es muy complejo y lo hicimos después de dos años del inicio. Igualmente irnos a la ruta terminó siendo un beneficio y logramos el despegue y la exposición que deseábamos ya que nos ven de todos lados.
-Quisieron complicarlos y los terminaron ayudando
-Claro que si. Nuestra premisa fue mostrarnos y el lugar resultó ideal para eso. La imagen es importante y por eso hoy tenemos 24 locales en el país, donde la imagen es primordial además del espacio ya que cada uno de esos locales tiene entre 30 y 60 metros cuadrados. Son importantes.
-¿El desarrollo de los negocios fue local y regional?
-Si en Junín arrancaron como siete, pero algunos no se “aggiornaron” a nuestro crecimiento, les costó adaptarse mientras nosotros seguíamos creciendo.
-¿Se trata de franquicias?
-Claro. Igualmente les llamamos “franquicias” por darle un nombre, en realidad se trata de un formato donde les brindamos todo, les allanamos el camino y les ofrecemos nuestra imagen. Eso supone un riesgo también para nosotros, porque le damos nuestra marca a un tercero para que la maneje. Pero hoy buscamos tratos con gente de buen nivel que entiendan la inversión que llevan a cabo. Invertir en artículos de limpieza es mucho y también es mucho hacerlo en toda la línea de productos que comercializamos.
-¿Cuántos productos tienen?
-Fabricamos actualmente en Junín 120 productos. Vamos con la bandera de la ciudad a todos lados, a todo el país. Insistimos mucho en la inversión local, porque es el lugar donde nacimos y dimos los primeros pasos con la empresa. Luego la primera franquicia fue en Venado Tuerto, que resultó un lugar muy estratégico y apoyaron nuestra locura. Después de eso se abrió como un abanico.
-¿En qué lugares están presentes actualmente?
-Estamos abriendo en los distritos de Lamadrid y Laprida, también estamos presentes en Villegas, Las Flores, Tres Arroyos, Ameghino, Pinto, Pergamino y como ya lo había dicho, en Venado Tuerto.
-¿Cuáles fueron las fortalezas más allá de la fabricación del producto?
-Hemos sido consecuentes en un buen diseño de la marca. Tuvimos dos diseñadores en el inicio que trabajaron muy bien y eso lo mantenemos actualmente. No nos sobraba nada, pero la primera inversión fue en diseño e imagen de la marca. Nos fuimos modernizando y hoy tenemos un creativo joven muy pero muy bueno y no dejamos de desarrollar en etiquetas y presencia. Una marca local al nivel de las primeras marcas.
-¿La expansión continúa?
-Totalmente. Estamos haciendo una inversión en la ruta 7 antes de llegar a la ruta 188, con una estructura de 4.000 metros cuadrados que será nuestra nueva fábrica con depósito de cloro y donde entrarán unos 300.000 litros. Es una apuesta total, lo que teníamos ahorrado para la jubilación lo estamos poniendo ahí (se ríe). Pero también es una apuesta por y para la ciudad y su desarrollo industrial y comercial. Mis hijos son el motor de toda esta inversión que decidimos realizar hacia el futuro.
-Imagino que también es un aporte a la generación de empleo
-Exactamente. A la generación de empleos directos e indirectos. El franquiciado son familias como nosotros, empresas familiares que sirven para crear empleos.
-En medio de tanta competencia seguramente la calidad pesa a la hora de vender y haberse mantenido durante este tiempo y creciendo.
-Cuando arrancamos había un furor por lo “suelto” y nosotros empezamos con el formato de la marca. Al año ya teníamos afianzada la imagen y la marca. Y cuando los demás se “mataban” por el precio, nosotros hacíamos hincapié en la calidad y la imagen. Y vos vas escuchando a los que perduran después de 50 o 100 años con una marca en el mercado y te dicen todos lo mismo: “Nunca nos movimos de calidad e imagen más allá de las crisis y eso te hace perdurar”. A veces la pasás feo, pero cuando ves que a 300 kilómetros de tu ciudad está tu marca y la eligen y se consolida, eso es valor. Yo que estoy metido en el diseño, en las compras, en los precios a veces no me doy cuenta de lo que hemos creado.
-Parece todo vertiginoso, porque empezaron hace seis años y con dos de pandemia e inestabilidad económica e inflación en el medio, lo cual haría temblar a cualquier empresa.
-Nunca nos apartamos del “surquito”. Invertir, invertir e invertir. Tenemos cuatro depósitos con mercadería. Inversión en mercadería y producción. La pandemia por suerte nos agarró con stock. Nunca nos distrajo otra cosa que no fuera el producto y tenerlo disponible y todo lo que hacemos lo hacemos con amor.
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